• Astringente: Se utiliza para tratar la diarrea, promover la cicatrización de heridas y como tónico estomacal. Ejemplos incluyen el plátano verde, pera, manzana, zanahorias y patatas cocidas.
• Dulce: Refresca la piel, tonifica los músculos y el corazón, y alivia la sed. Ejemplos son la caña de azúcar, la miel, la piña.
• Náuseantes: Tiene propiedades desintoxicantes, trata enfermedades de la piel y picaduras de insectos, y actúa como depresor. Ejemplos incluyen la marihuana y la morfina.
• Amargo: Tonifica la sangre y la bilis, tiene propiedades antipiréticas y estimula el apetito. Ejemplos son la rúcula, alcachofa, rábano, col rizada, coles de brusela.
• Picante (caliente): Es carminativo, tonifica el elemento fuego, es anti-flatulento y promueve la sudoración. Ejemplos son el pimentero largo, el jengibre, el ajo, el chile, la hierba de limón, la albahaca y la pimienta.
• Frutos secos (Nutty): Trata la deficiencia de tendones, tonifica el líquido de las articulaciones y actúa como tónico. Ejemplos son el anacardo, la soja, el cacahuete y la leche de coco.
• Fragante: Actúa como tónico para el corazón, el hígado y los pulmones, y es beneficioso para mujeres embarazadas y para aliviar la sed. Ejemplos son el jazmín y el té.
• Salado: Tiene propiedades laxantes, elimina sustancias grasas del intestino, purifica la sangre y ablanda el esputo. Ejemplos son la sal, algas, aceitunas y algunos mariscos como ostras y almejas.
• Ácido: Trata la tos con esputo, purifica la sangre y alivia la sed. Ejemplos son el limón, la lima, la naranja.

Podemos identificar propiedades curativas de los alimentos a través de su sabor. Si padecemos alguna desestabilización de nuestro organismo, ajustar nuestra dieta con la siguiente información para comenzar a equilibrarnos desde el interior.